En los 20 años que llevo trabajando en este campo, he tenido la oportunidad única de visitar innumerables proyectos médicos, desde grandes hospitales y bulliciosas clínicas hasta centros especializados en diálisis y centros de salud reproductiva, entre otros. Mi trabajo me ha llevado a todas partes, incluso a zonas que no tienen acceso a lo último en gestión de residuos médicos. Es realmente revelador ver las lagunas en infraestructuras y normativa, sobre todo en regiones subdesarrolladas donde los recursos sanitarios ya son escasos. En estos lugares, a menudo no existen políticas sólidas ni sistemas de gestión rigurosos para gestionar los residuos médicos, lo que deja los materiales peligrosos en una especie de limbo en el que ni se contienen de forma segura ni se tratan adecuadamente.
Puede que a primera vista no parezca un problema grave, pero la eliminación inadecuada de residuos médicos es una bomba de relojería. A diferencia de la basura ordinaria, los residuos médicos contienen un alto nivel de agentes infecciosos, biotoxinas y, a veces, incluso elementos radiactivos. Si no está familiarizado, piense que no se trata sólo de residuos, sino de un riesgo biológico potencial. Imagine lo que podría ocurrir si materiales como agujas usadas, vendas impregnadas de sangre o soluciones cargadas de sustancias químicas no se eliminan con el máximo cuidado. Cuando este tipo de residuos se deja sin tratar o se procesa de forma incompleta, se convierte en una amenaza directa para el agua, el suelo y el aire. Y seamos sinceros, todos estamos interconectados a través de estos recursos naturales. Lo que afecta al medio ambiente, en última instancia, también nos afecta a nosotros.
Por ejemplo, el nuevo coronavirus. Como todos hemos visto, es increíblemente contagioso, y los residuos de los pacientes infectados -desde los EPI usados hasta los tejidos contaminados- suponen una amenaza de un nivel totalmente nuevo. Si los contaminantes de un brote de esa magnitud no se gestionan adecuadamente, pueden causar una cascada de problemas medioambientales y sanitarios. Lamentablemente, en muchos de los lugares que he visitado, la tecnología de tratamiento de este tipo de residuos está anticuada o simplemente no existe. A menudo, estas comunidades no disponen de los recursos necesarios para modernizar los métodos de eliminación y evitar así la contaminación secundaria.
Por eso decidí crear esta plataforma, Biosafe. Mi visión de Biosafe va más allá de la mera venta de productos; quiero que sea un recurso, un lugar donde compartir algunos de los conocimientos y percepciones que he adquirido a lo largo de los años. He tenido la suerte de observar y aprender de algunos de los sistemas de eliminación de residuos médicos más avanzados de los países desarrollados, y creo que todo el mundo debería tener acceso a esta información, especialmente quienes trabajan en condiciones difíciles.
En Biosafe, me comprometo a compartir soluciones prácticas y reales para la gestión de residuos médicos que puedan aplicarse incluso en entornos con pocos recursos. Sé que en muchos lugares existe una brecha entre lo que es ideal y lo que es posible, y ahí es donde la experiencia resulta útil. A veces, se trata de encontrar formas innovadoras de utilizar lo que hay disponible localmente, o de adaptar la tecnología existente de forma que no resulte costosa pero garantice la seguridad. Por ejemplo, muchos métodos avanzados de eliminación de residuos pueden ser demasiado costosos o complejos para las clínicas pequeñas de zonas subdesarrolladas, pero a menudo existen versiones simplificadas de estos métodos que, aunque no sean tan de alta tecnología, pueden hacer el trabajo de forma eficaz y segura.
Otro aspecto que me apasiona es la importancia de la educación. Muchos trabajadores sanitarios de zonas subdesarrolladas hacen todo lo que pueden con recursos limitados, pero no son conscientes de los peligros que entrañan los residuos médicos no tratados ni de los protocolos de manipulación correctos. Biosafe no se limita a los productos, sino que trata de llenar ese vacío de conocimientos. Creo que proporcionar materiales de formación, guías paso a paso y protocolos fáciles de entender puede marcar una verdadera diferencia. Según mi experiencia, una vez que las personas comprenden los riesgos y saben qué pueden hacer para mitigarlos, están mucho más motivadas para aplicar estas prácticas, incluso en circunstancias difíciles.
Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19, muchas instalaciones se vieron desbordadas por el enorme volumen de residuos médicos que se generaban a diario. Los equipos de protección individual (EPI), los kits de análisis y otros artículos desechables se acumulaban a un ritmo alarmante. En algunos lugares, los sistemas de gestión de residuos sencillamente no daban abasto y hubo que idear soluciones provisionales para evitar que la contaminación siguiera extendiéndose. Me di cuenta entonces de que había una necesidad urgente de una plataforma en la que se pudieran compartir soluciones prácticas y fáciles de aplicar para situaciones de emergencia. Biosafe es mi intento de conseguirlo.
En los próximos meses tengo previsto publicar en el sitio web de Biosafe estudios de casos que detallen estrategias de gestión de residuos aplicadas con éxito en todo el mundo. En ellos se explicará cómo las distintas regiones han afrontado sus problemas específicos en materia de residuos, sobre todo en tiempos de crisis. Espero que la lectura de estos ejemplos sirva de inspiración y orientación a centros sanitarios en situaciones similares para mejorar sus prácticas. Por ejemplo, un hospital que visité en el sudeste asiático consiguió implantar un sistema de clasificación de residuos muy eficiente con una inversión mínima, simplemente formando al personal sobre la importancia de separar los residuos infecciosos de los no infecciosos en origen. Este pequeño cambio tuvo una enorme repercusión en su capacidad para gestionar los residuos de forma segura.
Además, estoy trabajando en una serie de guías informativas adaptadas específicamente a distintos tipos de centros: hospitales, clínicas pequeñas, centros de diálisis y centros de salud reproductiva, por nombrar algunos. Cada tipo de centro tiene sus propias necesidades de gestión de residuos y quiero asegurarme de que las orientaciones que ofrezco son pertinentes y aplicables en cada caso. Los centros de diálisis, por ejemplo, suelen tratar grandes volúmenes de materiales contaminados con sangre, por lo que sus protocolos de gestión de residuos deben ser estrictos. En cambio, las clínicas pequeñas no generan tantos residuos en general, pero deben seguir los procedimientos adecuados para evitar la contaminación cruzada.
También me apasiona promover la adopción de métodos sostenibles de eliminación de residuos. Los residuos médicos son una cuestión compleja porque, por un lado, queremos garantizar la neutralización de todos los materiales infecciosos para proteger la salud pública, pero, por otro, debemos tener en cuenta el impacto ambiental de nuestros métodos de eliminación. La incineración, por ejemplo, es una forma eficaz de destruir los residuos infecciosos, pero conlleva sus propios problemas medioambientales, como la contaminación atmosférica. Soy un gran partidario de explorar tecnologías alternativas, como el autoclave, la desinfección química e incluso métodos más novedosos como la pirólisis por plasma. Estas tecnologías ofrecen formas prometedoras de tratar los residuos médicos minimizando los daños al medio ambiente.
Al fin y al cabo, Biosafe quiere ser algo más que un proveedor. Quiero que sea un centro de aprendizaje, una plataforma en la que las personas que trabajan en el sector sanitario, independientemente del lugar del mundo en el que se encuentren, puedan encontrar recursos, compartir ideas e inspirarse para mejorar sus prácticas de gestión de residuos. Juntos, creo que podemos marcar la diferencia, no sólo en la prevención de la propagación de enfermedades, sino también en la protección de nuestro medio ambiente y en la creación de un mundo más seguro y saludable para todos.
Así que si es usted un profesional sanitario, un gestor de instalaciones o simplemente alguien que siente curiosidad por este aspecto crítico pero a menudo olvidado de la atención sanitaria, le invito a que me acompañe en este viaje. Hagamos que la gestión de los residuos médicos no sea sólo una casilla reglamentaria, sino una prioridad de la que todos seamos responsables. Al fin y al cabo, salvaguardar la salud pública y la salud de nuestro planeta son objetivos en los que todos deberíamos invertir.